Comunicación audiovisual, Ciber/Hackfeminismo y TRIC para el desarrollo | Marta García Terán
Ayer leía en el blog de la agencia de comunicación nicaragüense Crea Comunicaciones un post bien interesante sobre la identidad digital. Emilia Yang, su autora hace un repaso a lo que este término significa: la importancia de tomarnos a nosotras y nosotros mismos como el eje de nuestra «comunicación externa».
Saber quienes somos, qué queremos decir y cómo lo vamos a decir es esencial para formar nuestra propia identidad digital. En el post se pasa de puntillas por el tema de la huella digital, que no es otra cosa más que el rastro que vamos dejando en Internet por el uso que de damos, bien nosotras mismas, bien las personas que hablan sobre lo que hacemos.
Éste punto para mí es bien importante. Ya es innegable que en general todo el mundo tiene una huella digital. Practiquemos egosurfing como bien dice la autora del post, seguro que nos llevamos más de una sorpresa con nuestro nombre y apellidos ligados a una petición a favor o en contra de algo, aquella multa que nos pusieron por parquear mal o el paso por mil y una redes sociales en los últimos años.
Hay que ser conscientes de que no solamente lo que publicamos con nuestro nombre y desde nuestra propia consciencia, conforma la huella digital que vamos dejando. Por eso, es mejor saber qué se ha dicho sobre nosotras y nuestro trabajo/ocio… y a partir de ahí montar nuestra estrategia de qué queremos que se diga/sepa/proyecte sobre lo que hacemos y decimos. Identidad digital está ligada a la huella digital.