Comunicación audiovisual, Ciber/Hackfeminismo y TRIC para el desarrollo | Marta García Terán
Las diferencias que hace Facebook a cerca del uso de páginas y perfiles son esenciales a la hora de guardar nuestra privacidad en esta red social. Lo explico en la columna de esta semana del Diario Metro (pág. 3):
Facebook es la red social más extendida en el mundo entre las personas que navegamos en Internet. Y no lo digo yo, sino que los datos avalan esta afirmación. Según los organizadores del Congreso Iberoamericano de Redes Sociales en marzo de este año, Facebook contaba en ese momento con 1.060 millones. Seguramente esta cifra, más de seis meses después ha aumentado.
Nicaragua sigue la tónica general. Lo vemos en el II Estudio de las Redes Sociales en América Central presentado también en marzo por Ilifebelt, se habla de que el 98% de las y los centroamericanos que utilizan redes sociales tenemos cuentas en esta Red Social con mayúsculas.
Ante estos datos cabe preguntarnos si el uso que damos a esta plataforma es el más idóneo, ya que hay muchas cosas que damos por hecho en Internet, situaciones que no nos planteamos que puedan ser un problema,
Una de estas situaciones es que tengamos como amigas en Facebook a empresas y organizaciones. Como norma general, debemos tener cuidado con quien aceptamos como amigo en las redes sociales. Si de repente tenemos una solicitud de amistad de una persona que no aporta fotografías, que su nick o sobrenombre oculta su identidad y no lo conseguimos reconocer, si no tenemos ninguna recomendación de esa persona y ni siquiera una persona en común, entonces ¿por qué deberíamos aceptar su amistad en Facebook?
Una vez hemos reflexionado sobre esta realidad que a todas las personas nos sucede online, debemos ir más allá. Facebook hace una diferencia muy clara entre los perfiles personales, para personas como vos y como yo, y las páginas públicas o comerciales, obviamente pensadas para ser administradas por instituciones, empresas, organizaciones, marcas, etc.
Facebook no permite que organizaciones y empresas tengan perfiles personales, por lo que sí es el caso de tu empresa o negocio, es muy posible que en algún momento este perfil sea censurado por la red y ya no puedas acceder al mismo. Esta norma aparece en los términos y condiciones de uso del servicio, eso a lo que casi todo el mundo damos OK una vez que nos validamos sin haberlo leído.
Esta norma no es capricho de Facebook, sino que se establece porque que una organización administre un perfil atenta contra de la privacidad de las personas. Con un perfil personal, como empresa u organización, tendremos acceso a datos que, originalmente, las personas que utilizan Facebook publican para compartir con personas reales a las que conocen, no para que empresas tengan acceso a ellos. Si somos una empresa, marca u organización, deberemos abrir y administrar una página.
Las páginas de Facebook no tienen límite de fans, seguidores o me gusta, mientras que los perfiles sí tienen límite de amigos. Además, las páginas son públicas, lo que facilita que nos encuentren y publicitar qué hacemos o vendemos. Las páginas permiten a quien las administra una personalización avanzada, lo que junto con sus estadísticas propician la optimización de las campañas de publicidad y la estrategia de comunicación. Es por esto que no tiene sentido que una empresa tenga un perfil en lugar de una página.
Como usuarias de Facebook podemos ser responsables no aceptando amistad a empresas y organizaciones con perfiles. Siendo conscientes de que nuestra privacidad y seguridad podría estar en peligro, debemos exigir a las empresas y organizaciones que mejoren sus prácticas en Facebook, les debemos exigir páginas.
Facebook lo tiene todo previsto. Para quienes gestionen estos perfiles incorrectos, existe un mecanismo de migración a página muy sencillo y amigable; y para quienes se sientan incómodas, existe la posibilidad de denuncia de estos perfiles. Seguro entre todas entre todas podremos mejorar esta mala praxis.
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