Comunicación audiovisual, Ciber/Hackfeminismo y TRIC para el desarrollo | Marta García Terán
Crowdsourcing o crowdfunding son nuevos conceptos ligados al uso de Internet que cada vez escuchamos más. En mi columna en Diario Metro hablo de ellos y de su importancia para proyectos sociales:
Una amiga me compartió hace unas semanas una campaña de recolección de fondos para un programa llamado Podcast for Peace con el que 400 chavalas y chavalos de Acahualinca en Managua aprenden a desarrollar su creatividad, competencias a través de la comunicación y varias dinámicas. La iniciativa me agradó, primero porque se trata de cumplir derechos humanos de un colectivo de personas, y segundo, por lo acertado de abrirse a una plataforma digital para buscar apoyos más allá de las fronteras de Acahualinca y con límite el mundo.
Ésta forma de recolección de fondos es conocida actualmente como crowdfunding, una de las formas de lo que es conocido como crowdsourcing. Wikipedia explica que viene “del inglés crowd (multitud) y outsourcing (externalización), que se podría traducir al español como «colaboración abierta distribuida» o «externalización abierta de tareas», consiste en externalizar tareas dejándolas a cargo de un grupo numeroso de personas o una comunidad, a través de una convocatoria abierta.” En el caso del crowdfunding o “micromecenazgo”, es la búsqueda de financiamiento de personas ajenas al proyecto, motivadas por satisfacción personal o una recompensa.
La dinámica de que todas pongamos un poco a favor de un proyecto común es tan antigua como el mundo. Internet nos han permitido abrir nuestras comunidades más allá de dónde podríamos pensar. Hoy en día hay un sinnúmero de plataformas de crowdfunding aptas para dinamizar nuestras propuestas y conseguir personas interesadas en participar, socias y aliadas clave.
Este programa de Podcast for Peace se expone al público en Zequs, pero como esta, hay tantas otras. Entre las más conocidas están Verkami, Lanzanos o Kickstarter, todas con algunos años ya de andadura, y se les van sumando otras como Indiegogo, Rockethub o Quirky.
Goteo.org es la variante española dirigida específicamente a organizaciones sociales que quieran mercadear sus iniciativas. Además te ayudan a ubicar bien lo que queremos compartir y a optimizar la búsqueda de fondos con una lógica proveniente del software libre.
Lo importante, por lo tanto, no es solo tener una buena idea, sino también cómo mercadearla. No podemos ponernos online a pedir plata a lo loco, deberemos pensar en una imagen de marca que identifique a nuestro producto, idea u obra artística, lo que sea que estemos lanzando al mundo para que nos ayuden a construir. Benchmarking se llama a esto, desarrollar la marca de tu proyecto, objetivos, voz, estrategia, etc.
Si queremos que la gente se interese y nos de plata, deberemos dar a conocer los objetivos del mismo y ser claros en el presupuesto: decir qué haremos en un escenario A con un presupuesto mínimo, B e incluso C con el presupuesto ideal más alto al que nos gustaría acceder, todo ello siempre siendo realistas. En general las plataformas de crowdfunding permiten varias rondas de recaudación, pero siempre con techos mínimos a conseguir. Por supuesto deberos ir midiendo y analizando nuestras metas.
Es esencial la documentación del proceso y hacer partícipe a la comunidad de nuestros logros y también de nuestros fallos, generando empatía por el proyecto, haciendo a las y los donantes más que eso, convertirlos en participantes. Una de las buenas prácticas de proyectos de crowdfunding es prever la publicación y edición de materiales especiales accesorios a medida que avanza el proceso, pueden servir para las recompensas a las y los donantes e incluso para el mercadeo.
Es posible que en Nicaragua haya más proyectos sociales como Podcast for Peace levantando fondos desde la empatía en Internet; el cine ha tenido su réplica con La Pantalla Desnuda de Camila Films. Espero que estas dinámicas se hagan cada vez más habituales, porque todas podemos poner nuestro granito de arena.
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