Un nuevo reto profesional que me cargó la batería. Más responsabilidades y puesta en práctica de cada competencia que fui adquiriendo en los últimos años. Agradecida por la oportunidad de crecer que me brinda Save the Children.
Publiqué 2 libros. Soy oficialmente escritora.
Uno, a medias con mi NemeSister: Contando a Duo que pueden conseguir en Bubok. Ojalá pueda imprimir en Nicaragua 🙂
Además participé en el libro recopilatorio 99 palabras de mujer con varios de mis cuentos cortos. Este librito fue impulsado por la Asociación Nicaragüense de Escritoras.
Leí en voz alta, por primera vez en mi vida, mis propios cuentos. Fecha clave para hacerlo, el 8 de marzo, durante la presentación de 99 palabras de mujer. Empoderada.
Retomé clases de inglés consiguiendo cerrar un ciclo de mi vida. Now I know that I could always, but I needed to feel it by myself. ¿Siguiente idioma?
Apoyé causas sociales, feministas, a menudo a golpe de teclado. Ciberfeminismo…
Seguí escribiendo columnas, poemas, algunos cuentos… ojalá le ponga más mente a esto en 2017, porque limpia el alma.
He conocido a gente muy linda estos meses. Sobre todo por trabajo, pero no dudo que trascenderán a otros espacios de mi vida.
Me reencontré con algunas personas que quiero mucho, y eso también fue genial.
Continué dando clase y talleres de forma puntual. Confieso que me encanta.
Me quedo especialmente con la sensación subversiva del FemHack 2016, cuando tras hablar largo y tendido con una decena de mujeres sobre nuestra relación de amor/odio con la tecnología y echar abajo mitos sobre lo que en realidad es esta, comenzamos a hacer memes que exorcizaron la rabia que sentimos por nuestras ancestras no reconocidas en la historia de la ciencia y la tecnología.
Estuve con mi familia después de año y medio sin abrazarles. No tengo palabras.
Después de 5 años, bailé de txozna en las mejores fiestas de barrio del mundo mundial. Mamariga maite zaitut, batez ere familiarekin nengoela.
Participé de la alegría de vivir y amar. Una boda como un acto político entre dos mujeres y con la presencia de quienes las queremos y queremos lo mejor para ellas.
Me teñí (otra vez) parte de mi pelo de color azul (Gero eta ile urdina gehiago). Además me lo corté para eliminar el último lastre de 2015. Nuevas energías brotan desde mi cuero cabelludo.
Conocí nuevos lugares de esta Centroamérica que habito y que me habita: mis fronteras se expandieron al sur hasta Panamá y al norte hasta Guatemala.
Me quedo con la sensación del sol calentando la espalda en el cerro de La Cruz en Antigua y el sabor de los tamales de chipilín mientras escuchaba marimba navideña. También las luces lejanas vistas desde un edificio de altura de vértigo en una ciudad que parece de plástico.
Ometepe me serenó para poder dar la bienvenida a 2017 con los brazos abiertos.
A 2017 le dedico las ganas de ser aquella que quiero ser, tres (o mil) veces rebelde, de poner un pie delante de otro para recorrer mi propio camino aunque a veces no lo entiendas o me sientas lejos.