La humanidad leída por las maquinas

Hace unos dias escuché y vi en 3D a Remedios Zafra hablar de la celeridad del mundo actual, đe los «marcos de fantasia» que nos emboban más que interpelarnos, y de la inercia repetitiva que cada vez nos mueve más, pero sin movernos.

En medio de la oscuridad de su acertado análisis de esta locura en la que vivimos, su optimismo fue aplastante (siempre lo es) y al salir despues de dos horas de escucharla quise (como ella misma sugería para romper bucles) conspirar por lo colectivo abrazando los feminismos, la cultura y la consciencia de nuestra fragilidad.

A la fragilidad me referiré ahora que ya es septiembre y aunque llevo años sin hacer recuentos, este mes me provoca revisión hacia dentro y hacia fuera.

Ha sido un año difícil por conciliaciones varias que me han mostrado a flor de piel que apoyarnos unas en otras y poner en el centro los afectos es el camino que hay que seguir.

Estoy cansada (todas lo estamos), pero es necesario ver donde podemos sumar un granito de arena, que la ambición no nos inmovilice, sino que nos de cuerda como a esas cajitas de música, minúsculas sí, pero que cambian el ambiente de la habitación en donde suenan.

Aunque estoy pensando por donde empiezo (o más bien retomo «entusiasmos»), de momento estoy feliz con estas gracias.